Brasil presenta datos casi completos de la dimensión de esfuerzo financiero público en relación al indicador que vincula el gasto en educación como proporción del PIB. Entre 1998 y 2018 solo falta el dato de 2003. La trayectoria que describe la serie indica un valor inicial de 4.76% en 1998 que se reduce al año siguiente, oscilando hasta 2004 en torno al 3.9% del PIB. A partir de 2004 en adelante, sigue una tendencia ascendente constante, cuyo nivel máximo es alcanzado en 2017 con 6.32% del PIB. En 2018, hubo una pequeña reducción, pero se mantuvo por encima de la meta del 6%. En los últimos nueve años con datos disponibles, Brasil tuvo cinco en los que casi alcanza la meta, y cuatro en los que la supera. Se trataría en principio de un indicador donde se están cumpliendo los compromisos internacionales acordados. No obstante, es necesario hacer una serie de aclaraciones en este punto. Consultando la base de datos de CEPAL, que es otra fuente correspondiente a un organismo internacional proveniente del sistema de Naciones Unidas con datos comparables, la trayectoria reciente muestra una discrepancia. En ninguno de los años contemplados, Brasil alcanza la meta estipulada, ni siquiera incorporando el gasto en investigación básica. El promedio de gasto entre 2015 y 2020 destinado a educación es de 5.18%, con un valor máximo de 5.32% en 2017. Este dato es consistente con lo informado en la base de datos de la OCDE sobre gasto público en educación. En el caso del indicador del gasto educativo como proporción del gasto público total, la serie también se presenta casi completa y con un comportamiento similar al otro indicador, aunque en este caso nunca se alcanza la meta del 20%. Esto obedece a que Brasil tiene un gasto público relativamente elevado (en perspectiva regional) como proporción del PIB, pero no lo destina a educación, sino que prioriza otros usos. Entre 1998 y 2002 el indicador osciló entre 9.6% y 11.6%, y a partir de 2004 muestra una tendencia ascendente relativamente estable. Aunque en algunos años se presentó un leve descenso, desde 2011 hasta 2018 superó siempre el 15%, con un máximo de 16.5% en 2017. Brasil presenta datos deficientes en la dimensión de disponibilidad de recursos por persona en edad escolar. Solo falta el dato de 2003 en el período que va de 1998 a 2011, pero no hay ningún dato posterior a ese año. Entre 1998 y 2002 la tendencia era a la baja en la inversión educativa por persona en edad escolar, pasando de 1 568 dólares a 1 287 dólares. Desde 2004 hasta 2011, este indicador duplicó su valor, pasando de 1 499 dólares a 3 183 dólares. Aunque es una tendencia auspiciosa, no se dispone de información para saber si se sostuvo en la década más reciente. En 2011 equivalía a algo menos de la mitad del valor de referencia de los países más pobres de la OCDE. Respecto de la equidad por ingresos en el acceso escolar a la educación secundaria, Brasil presenta datos completos desde 2001 a 2020 – con excepción del año 2010. Lo que se observa es que la brecha entre quintiles de ingresos estuvo estable entre 2001 y 2006, en torno al 14-15%, muestra una reducción significativa de allí a 2012, cuando alcanzó su mínimo valor (5.1%). Esta reducción se dio principalmente por un aumento del acceso del quintil 1 (más pobre), en un contexto de estancamiento y luego leve caída del acceso del quintil 5 (más rico). Tras alcanzar ese valor mínimo en 2012, la brecha vuelve a ampliarse, y oscila en torno al 8% entre 2015 y 2019. Si bien se trata de una variación negativa en términos de equidad, es relevante marcar que el deterioro se produjo en dos años y luego se mantuvo estable, en torno a un valor que es la mitad de lo que era en el inicio del período evaluado. El quintil más pobre mantuvo una mejoría promedio de 6 puntos porcentuales respecto de inicios de siglo. En 2020 se produjo una mejoría, dejando la brecha en 3.8% producto de un mayor acceso del quintil 1. Respecto a la equidad por ingresos en la EPJA, Brasil muestra una brecha de 31.4% puntos entre quintiles en 2020, casi cuatro veces la brecha de personas en edad escolar del mismo país y por encima del promedio regional. El 48.8% de las personas de 19 a 24 años del quintil más rico asistían a instituciones educativas –valor por debajo de la media regional-, mientras que solo el 17.4% de las personas del quintil más pobre lo hacían –por debajo de la media regional. En cuanto a la equidad de género, Brasil es uno de los países que empeoró su desempeño en los últimos 20 años. Desde el 2016 no cumple con el estándar internacional de equidad de género: todos los años, la cantidad de niñas y adolescentes mujeres cada 100 niños fue menor a 97. El último dato disponible del 2020 muestra un indicador de 96,3.

Dimensión de esfuerzo financiero público

Gasto público en educación como % del PIB

  • Gasto público en educación

  • /

  • PIB

Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO (UIS).

Fecha de consulta: 2 de marzo de 2022.

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Cálculo cruzado entre Estadísticas sobre Educación e Indicadores de Desarrollo Mundial – Banco Mundial.

Fecha de consulta: 2 de marzo de 2022.

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Banco Mundial – Indicadores de Desarrollo Mundial.

Fecha de consulta: 9 de mayo de 2020.

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Panorama Regional

Gasto público en educación como % del Gasto Total

  • Gasto público en educación

  • /

  • Gasto público total

Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO (UIS).

Fecha de consulta: 4 de marzo de 2022.

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Cálculo cruzado entre Estadísticas sobre Educación e Indicadores de Desarrollo Mundial – Banco Mundial.

Fecha de consulta: 2 de marzo de 2022.

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Fuente: Cálculo propio en función de las variables «Gasto público en educación como % del Gasto Total» y «Gasto público en educación».

Fecha de consulta: 4 de marzo de 2022.

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Panorama Regional

Gasto público en educación destinado a EPJA (% sobre el gasto total en educación)

Dimensión de esfuerzo financiero público

Los datos del Sistema de Monitoreo apuntan a desafíos para la región en lo que toca a la dimensión de “esfuerzo financiero público”, considerando la proporción de recursos económicos nacionales que los Estados latinoamericanos y caribeños asignan a los sistemas educativos. No se distingue aquí qué parte de estos recursos son volcados a entidades privadas y cuál al sistema público: solo se trata de la cantidad de recursos que los Estados destinan a financiar la educación. Los datos disponibles del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y del Instituto de Estadísticas de la UNESCO (UIS/UNESCO) permiten reconstruir con diverso alcance la situación de los 20 países de la región (Ver gráfico 1), tratándose de la variable con mayor cantidad de datos recientes. De este total, 14 presentan datos hasta 2019, y solo cinco hasta 2020, primer año de la pandemia. Considerando los valores del indicador de gasto en educación respecto del PIB, sólo dos países superaron el valor indicativo del 6% en estos dos últimos años (2019 y 2020): Costa Rica (6.75%) y Cuba (10.41%). En este sentido, el esfuerzo financiero público acordado por los Estados de América Latina y Caribe con la firma de la Agenda de Educación 2030 está lejos de cumplirse en la región.

En relación al valor y la trayectoria del indicador, vale señalar que los dos países que superan la meta acordada tienen un compromiso sostenido en el tiempo. Costa Rica supera sistemáticamente el valor de referencia desde 2009, con un valor máximo en 2017 (7.35%). Por su parte, Cuba supera la meta todos los años de la serie, con un valor máximo en 2008 (14.06%). Brasil, por su parte, no presenta datos en 2019 ni 2020. El último dato disponible para este país es de 2018, cuando alcanzó el 6.09% del PIB, superando la meta como ocurre desde 2015.

Aunque aún no alcanzan el valor comprometido, Chile, Perú y República Dominicana (además de los países listados en la tabla 1) tienen trayectorias ascendentes en su esfuerzo de financiamiento educativo en los últimos años. En el último dato disponible, Chile destinó a educación el 5.43% de su PIB, mientras que Perú (4.25%) y República Dominicana (4.04%) estuvieron más lejos. En un sentido opuesto se encuentran aquellos países cuyo esfuerzo de financiamiento educativo cayó en los últimos años como proporción del PIB. Es el caso de El Salvador, cuyo indicador cae desde 2009; Ecuador y México, que muestran caídas desde 2014; Argentina, que cae desde 2015; y Nicaragua, que cae desde 2017.

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Gasto en Educación como % del PIB

Gasto público en educación como % del Gasto Total

Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO (UIS).

Fecha de consulta: 4 de marzo de 2022.

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Dimensión de disponibilidad de recursos

Disponibilidad de recursos por persona en edad escolar

  • Gasto público anual en pre-primaria, primaria y secundaria

  • /

  • Población en edad escolar (pre-primaria, primaria y secundaria)

Datos en dólares PPP a precios constantes de 2017. Fuente: Cálculo propio en función de los datos de «Gasto público anual en pre-primaria, primaria y secundaria» y «Población en edad escolar (pre-primaria, primaria y secundaria)».

Fecha de consulta: 10 de marzo de 2022.

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Datos en millones de dólares PPP a precios constantes de 2017. Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO.

Fecha de consulta: 10 de marzo de 2022.

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Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO.

Fecha de consulta: 10 de marzo de 2022.

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Panorama Regional

Gasto público en EPJA por persona adulta en el sistema educativo formal

  • Gasto total en EPJA en U$S

  • Población joven y adulta que asiste a la educación formal

Dimensión de disponibilidad de recursos

Esta dimensión permite analizar los recursos que los gobiernos tienen disponibles cada año para garantizar el derecho humano a la educación de niños, niñas y adolescentes en edad escolar. Al considerar a todas las personas en edad escolar, no se distingue entre aquellas que están estudiando en el sistema público de las que lo están en el privado. Asimismo, como se ha mencionado, se incluyen a todas las personas que tienen edad para frecuentar el primer año de preescolar, educación primaria o educación secundaria (incluidas las que están fuera de la escuela), de manera que sea posible identificar los recursos disponibles en cada Estado para cada sujeto de derecho.

Como valor de referencia, se utiliza una aproximación que surge de tomar el valor promedio de la inversión por persona en edad escolar en 2018 de la mitad de los países con menos ingresos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El valor, indicado en dólares a precios constantes en paridad de poder adquisitivo de 2017, es de 7 469.6 dólares.  Esto representa un aumento de la inversión por persona en estos países, puesto que en 2016 destinaban 6 899.4 dólares. De hecho, en la última década se registra un aumento sostenido de los fondos destinados a la educación por persona en estos países. Como queda claro, la vara de comparación no es estática, sino que evoluciona en el tiempo y obliga a los países de ALC a comprometerse de manera dinámica con el financiamiento del derecho humano a la educación.

Lamentablemente, la falta de datos suficientes es más bien una norma en esa dimensión. No hay ningún dato disponible de Cuba, Haití o Venezuela; Honduras y Nicaragua solo tienen dos datos anuales; Paraguay tiene la mitad de los datos. Además, Brasil no provee información suficiente desde 2011, México y Panamá no lo hacen desde 2012, y Bolivia desde 2014. Como se ve, la ausencia de datos claros y completos es una generalidad preocupante, que expresa también la falta de cumplimiento de los compromisos adquiridos por los Estados en relación al financiamiento de la educación.

Considerando los datos disponibles desde el inicio de la serie (en 1998), los países de ALC muestran una tendencia lineal creciente en la asignación de recursos disponibles por persona en edad escolar, aunque casi todos ellos están muy distantes de los valores de referencia de la OCDE. Mientras que en el trienio 1998-2000 el conjunto de los países de la región asignaba en promedio 1 180 dólares por persona en edad escolar, para 2019-2021 esta cifra alcanzó los 2 500 dólares. Es decir, se ha más que duplicado el monto en poco más de dos décadas.

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Recursos por persona en edad escolar

Dimensión de equidad en el acceso escolar

Brecha de desigualdad en asistencia escolar

La primera columna (quintil 5) se refiere a la quinta parte más rica de la población analizada, y la segunda (quintil 1) corresponde al 20% con menos ingresos de la población analizada.

Fuente: CEPAL. Fecha de consulta: 15 de marzo de 2022.

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Panorama Regional

Índice de desigualdad de género en el acceso escolar

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Panorama Regional

Brecha de desigualdad en asistencia escolar de personas jóvenes y adultas

Porcentaje de población entre 19 y 24 años que asiste a la escuela, según quintil de ingresos (quintil 5 más rico, y quintil 1 más pobre).

Fuente: CEPAL. Fecha de consulta: 4 de septiembre de 2022.

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Panorama regional

Dimensión de equidad en el acceso escolar

Como es sabido, ALC es una de las regiones más desiguales del mundo. Según el último Reporte Mundial de Desigualdad 2021, se trata de la región más desigual en el reparto de la riqueza (stocks acumulados de bienes), y la tercera en relación a los ingresos (flujos de fondos disponibles). Según ese mismo informe, en ALC, el 10% más rico captura el 77% de la riqueza total de los hogares, el 40% de la población que le sigue tiene el 22% de esa riqueza, mientras que la mitad más pobre de la población apenas se reparte el 1% del total. En materia de ingresos, el 10% más rico se lleva el 55% del ingreso.

Idealmente, no deberían existir diferencias de ningún tipo para la asistencia escolar entre franjas de la población con distintos niveles de ingreso. Sin embargo, no es lo que se detecta con los datos disponibles. Para analizar esta dimensión de equidad, el Sistema de Monitoreo utiliza datos de la CEPAL, que revelan que hay diferencias significativas entre las tasas de asistencia escolar del quintil 5 con ingresos más altos (el 20% de la población con mayores ingresos) y del quintil 1 con ingresos más bajos (el 20% de la población, con menores ingresos). Se toma como base de comparación la población total en la franja de 13 a 19 años de edad, que corresponde a la educación secundaria porque esta es la etapa educativa con las mayores desigualdades en el acceso educativo de la región. En el caso argentino se tomó solamente la población urbana, por no disponer de datos sobre zonas rurales.

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Brecha de asistencia escolar

Desigualdad de género en el acceso escolar

Desigualdad en asistencia escolar de personas jóvenes y adultas

Comentarios generales

Por Campaña Brasileña por el Derecho a la Educación

En 2016, Brasil cambió su Constitución para congelar las inversiones públicas en educación, salud y asistencia social durante 20 años. La Campaña Nacional por el Derecho a la Educación de Brasil, en alianza con otras organizaciones y movimientos sociales, cuestionó la legalidad de esta alteración constitucional ante la máxima instancia judicial del país y también ha denunciado la situación ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Este congelamiento significa, por ejemplo, dejar fuera de la escuela a 1,5 millones de niños, niñas y adolescentes que siguen sin acceso a la educación obligatoria en el país, según datos del Censo Escolar. También viene obstaculizando el cumplimiento de las metas del Plan Nacional de Educación, como la expansión de matrículas y la ampliación progresiva de la obligatoriedad de la educación básica, la reducción del analfabetismo, la mejora de la calidad educativa, la formación docente y la implementación de Costo Alumno Calidad (CAQ), mecanismo creado por la Campaña Brasileña por el Derecho a la Educación, que establece un gasto público mínimo necesario para que todas las escuelas en el país ofrezcan una educación de calidad.

Además, desde 2019, una serie de políticas públicas llevan a la barbarie a la educación nacional: la militarización de escuelas; ataques a la libertad de enseñar y aprender; el racismo; la violencia de género y contra la población LGBTIQ+; desprecio por la ciencia y el conocimiento; la intensificación de las desigualdades educativas. En definitiva, se ha eliminado el derecho a la educación pública, gratuita, de calidad, inclusiva, gratuita y secular, previsto en la Constitución Federal de 1988.

En 2020, se incluyó el nuevo Fundeb (Fondo de Mantenimiento y Desarrollo de la Educación Básica y de Valorización de Profesionales de la Educación) en la Constitución Federal. La Campaña Brasileña colaboró para primorear esta propuesta de enmienda a la Constitución Federal que se aprobó en 25 de agosto de 2020 por unanimidad y se volvió la Enmienda Constitucional nº 108/2020.

La Campaña Brasileña por el Derecho a la Educación planteó argumentos técnicos y políticos consistentes, coordinando amplia y decisiva movilización social reconocida por parlamentarias y parlamentarios, en una actuación exitosa para la mejora del texto aprobado, que contempló los puntos propuestos y defendidos por la Campaña, con el Costo Alumno-Calidad (CAQ) y el Sistema Nacional de Evaluación de la Educación Básica (Sinaeb) siendo ahora parte permanente de la Constitución Federal de 1988.

En un momento de profundos recortes de presupuestos en áreas sociales, con la implementación de políticas de austeridad, el nuevo Fundeb representa una esperanza para la educación pública, ya que a partir de 2021 el porcentaje de contribución federal para el Fondo sube de 10 para 12%, y seguirá aumentando hasta alcanzar el 23% en 2026.