La información provista en esta ficha proviene de datos ofrecidos por el Estado nacional a los organismos internacionales, donde son recopilados con metodologías comunes. Esto permite la comparación entre países, pero puede ocasionar rezagos en el acceso a información así como diferencias con datos organizados con metodologías diferentes. Para más detalles, revisar la sección de Metodología del Sistema de Monitoreo del Financiamiento del Derecho Humano a la Educación en América Latina y Caribe. El texto completo del análisis de los indicadores de Chile está disponible acá.

Dimensión de esfuerzo financiero público

Chile cuenta con datos disponibles completos para evaluar el financiamiento educativo tanto en relación al PIB como respecto del gasto público total desde 1998 a 2018, con excepción de dos años (2001 y 2012).

De esa información se puede comprobar la existencia de dos ciclos en el indicador, y un tercero aún abierto. El primer ciclo parte de una inversión del 3.34% del PIB en 1998, alcanza el máximo en 2002 (4.08%) y de allí desciende hasta 2006, cuando llega al valor mínimo de toda la serie, con 3.02% del PIB. Desde allí se inicia una nueva fase de crecimiento del indicador hasta 2009 (4.23%), seguida de una nueva caída hasta 2011 (4.05%). Como se ve, el segundo ciclo ocurre en valores más elevados que el primero. Desde 2011 en adelante, se visualiza un incremento en la inversión pública en educación como proporción del PIB, llegando en 2018, último año con datos disponibles, a 5.43%. Se trata de una tendencia favorable, que de continuar permitirá alcanzar la meta de inversión del 6%, que Chile no cubre ningún año bajo estudio.

Estas diversas oleadas de aumento en el gasto público en educación están fundamentalmente motivadas por las movilizaciones de estudiantes y profesores/as durante el período evaluado. No obstante, vale la pena resaltar que los nuevos recursos se distribuyen  por medio de mecanismos que favorecen al sector privado en desmedro de la cada vez más precarizada  educación del Estado.

Respecto del indicador que vincula el financiamiento educativo como proporción del gasto público total, se constata una tendencia global de incremento del esfuerzo del Estado chileno. Una primera expansión de la inversión va desde 1998 a 2003 – cuando llega a 17.64% del gasto público total -, año tras el cual el indicador se retrae. Desde 2005 en adelante, la expansión es más estable – solo en tres años hay leves disminuciones – llegando a un valor máximo de 21.38% en 2018. Desde 2013, Chile casi alcanza la meta del 20% y la supera desde 2016.

Chile es uno de los 8 países de la región que informó en GRALE qué porcentaje de su gasto educativo estuvo dedicado a educación a personas jóvenes y adultas. Invirtió el 6.8% de su gasto educativo, siendo el país de mayor inversión en la materia en la región, según GRALE V (2022). Resulta de la mayor relevancia contar con estos datos de forma completa y por fuentes oficiales para futuras actualizaciones.

El Esfuerzo Financiero Público en educación se mide a través de dos indicadores:  a) comparación del gasto público en educación con el Producto Interno Bruto (PIB) de cada país; y b) comparación del gasto público en educación con el presupuesto total de cada país.

El primer indicador (gasto público en educación/PIB) estima la prioridad macroeconómica que tiene el Derecho Humano a la Educación en cada país, evaluando qué proporción de los recursos disponibles se está destinando a financiarlo frente a otros compromisos sociales. El valor de referencia adoptado es el 6% del PIB, establecido en el Marco de Acción para la Educación 2030 y ratificado por los Estados de América Latina y el Caribe en la Reunión Regional de Ministras/os de Educación de la región (Carta de Lima, 2014).

El segundo indicador (gasto público en educación/presupuesto público total) mide la prioridad política dada a la educación, al comparar los recursos destinados a garantizar ese derecho con el total de recursos empleados para cumplir todas las obligaciones del Estado. Respecto a este indicador, los Estados de la región acordaron, en dicha Reunión Ministerial de Lima, el compromiso en invertir en educación el 20% del presupuesto público total, valor que se toma como referencia.

En la última actualización de este Sistema de Monitoreo (2022), los datos de esos dos indicadores se obtuvieron de la base de datos del Instituto de Estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UIS/UNESCO). En el caso de Cuba, el dato de gasto público total se tomó de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de la República de Cuba (ONEI).

En 2022, por primera vez, se ha incluido en esta dimensión una variable asociada a la Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA). El instrumento que se utiliza para este indicador es la pregunta sobre porcentaje del gasto público en educación que se destina a la EPJA (gasto público en EPJA/gasto público total en educación), disponible en el Informe Mundial sobre el Aprendizaje y la Educación de Adultos  V (GRALE V, según sus siglas en inglés), publicado en el 2022. En este caso no se adoptan valores de referencia, ya que no hay acuerdos internacionales sobre el tema. Asimismo, no todos los Estados disponibilizan dicha información en las bases de datos internacionales.

ALC: Gasto público en educación como % del PIB

Gasto público en educación como % del PIB (por país)

  • Gasto público en educación

  • /

  • PIB

Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO (UIS).

Fecha de consulta: 2 de marzo de 2022.

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Cálculo cruzado entre Estadísticas sobre Educación e Indicadores de Desarrollo Mundial – Banco Mundial.

Fecha de consulta: 2 de marzo de 2022.

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Banco Mundial – Indicadores de Desarrollo Mundial.

Fecha de consulta: 2 de marzo de 2022.

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ALC: Gasto público en educación como % del Gasto Total

Gasto público en educación como % del Gasto Total (por país)

  • Gasto público en educación

  • /

  • Gasto público total

Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO (UIS).

Fecha de consulta: 4 de marzo de 2022.

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Cálculo cruzado entre Estadísticas sobre Educación e Indicadores de Desarrollo Mundial – Banco Mundial.

Fecha de consulta: 2 de marzo de 2022.

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Fuente: Cálculo propio en función de las variables «Gasto público en educación como % del Gasto Total» y «Gasto público en educación»

Fecha de consulta: 4 de marzo de 2022.

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ALC: gasto público en EPJA como % del gasto total en educación

Gasto público en EPJA como % del gasto total en educación (por país)

  • Gasto público total en EPJA (por país)

  • /

  • Gasto público en educación

Fuente: Grale V (2022).

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Fuente: Grale V (2022).

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Cálculo cruzado entre Estadísticas sobre Educación e Indicadores de Desarrollo Mundial – Banco Mundial.

Fecha de consulta: 2 de marzo de 2022.

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Dimensión de disponibilidad de recursos

Chile presenta datos para evaluar la disponibilidad de recursos por persona en edad escolar entre 1998 y 2018, con excepción de tres años (1999, 2001 y 2013). Esto permite constatar la existencia de una tendencia general al incremento, que se desglosa en cuatro momentos de aumento del indicador seguidas de una estabilización del mismo. De los 1,624 dólares por persona en edad escolar de 1998 se produce un aumento de cerca del 40% hasta 2003 – llegando a 2,298 dólares -, una nueva expansión de cerca del 50% entre 2006 y 2009 – llegando a 3,268 dólares por persona en edad escolar -, otra del 20% en 2012, y una más también de alrededor de 20% entre 2014 y 2018. Ese año se llega a 4,694 dólares por persona en edad escolar, casi tres veces el valor de dos décadas atrás. Con todo, aún está distante del valor de referencia, siendo cerca de dos tercios de lo invertido por los países más pobres de la OCDE.

No obstante, debe resaltarse que la distribución de recursos es muy desigual. El 30% de la matrícula de estudiantes en el sector estatal recibe poco más de 170 dólares al mes, monto que varía según diferentes criterios. Esto expresa que el promedio referido esconde una fuerte dispersión de valores, claramente sesgado por los elevados valores en el sector educativo privado.

Respecto de la disponibilidad de recursos para la educación de personas jóvenes y adultas, Chile es de los únicos 5 países de la región que presentó datos ante GRALE. Concretamente, Chile destinó 1,081 dólares por persona joven o adulta según lo consignado en GRALE V (2022). Si bien encabeza la inversión per cápita en la región, se trata de menos de un cuarto de los destinado a estudiantes en edad escolar, lo cual impacta en la equidad en el acceso (que pasa depender de recursos de los hogares u otras fuentes). Resulta de la mayor relevancia contar con estos datos de forma completa y por fuentes oficiales para futuras actualizaciones.

La dimensión de la Disponibilidad de Recursos se centra en observar los recursos públicos disponibles para cada persona en edad escolar. Es una medida per cápita del presupuesto educativo disponible, teniendo en cuenta no solamente a quienes se encuentran en la escuela, sino también a aquellas personas que aún no han sido incorporadas al sistema educativo.

Las informaciones de esta dimensión se presentan en dólares PPP a precios constantes de 2017, y resultan de un cálculo cruzado entre el Gasto en Educación calculado a partir del PIB (Banco Mundial – Indicadores de Desarrollo Mundial) y la distribución porcentual del gasto educativo por los niveles preprimaria, primaria y secundaria, según datos del Instituto de Estadísticas de UNESCO, y dividiéndose posteriormente este valor por la población en edad escolar, según datos también del UIS/UNESCO.

El valor considerado como referencia para este indicador en América Latina y Caribe es de US$ 7,469.63, tomado como el promedio de este indicador para la mitad de los países de menores ingresos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el año 2018 (medición en dólares PPP constantes).

En la actualización de 2022 se incorporó un indicador sobre EPJA a la dimensión de Disponibilidad de Recursos. Para ello, se tomó específicamente el cálculo del Esfuerzo Financiero en EPJA – obtenido en la dimensión Esfuerzo Financiero Público –, valorizada en dólares y dividida entre la población joven y adulta que efectivamente asistió al sistema educativo formal de educación básica. Este indicador puede interpretarse como la inversión del Estado en educación por persona adulta que se educó en el último año en el sistema formal obligatorio. Vale resaltar que, si bien esta aproximación sobreestima la inversión pública por persona – porque contabiliza la inversión en EPJA en todas sus formas y la divide solo por la parte vinculada a la educación formal –, ella ofrece una estimación puntual de utilidad. Tal como ocurrió con la dimensión de esfuerzo financiero, aquí los datos escasean, debido a la baja tasa de respuesta de los países al Informe GRALE.

ALC: Disponibilidad de recursos por persona en edad escolar

Disponibilidad de recursos por persona en edad escolar (por país)

  • Gasto público anual en pre-primaria, primaria y secundaria

  • /

  • Población en edad escolar (pre-primaria, primaria y secundaria)

Datos en dólares PPP a precios constantes de 2017. Fuente: Cálculo propio en función de los datos de «Gasto público anual en pre-primaria, primaria y secundaria» y «Población en edad escolar (pre-primaria, primaria y secundaria)».

Fecha de consulta: 10 de marzo de 2022.

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Datos en millones de dólares PPP a precios constantes de 2011. Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO.

Fecha de consulta: 10 de marzo de 2022.

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Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO.

Fecha de consulta: 10 de marzo de 2022.

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ALC: Gasto público en EPJA por persona adulta en el sistema educativo formal

  • Gasto total en EPJA

  • /

  • Población joven y adulta que asiste a la educación formal

Dimensión de equidad en el acceso escolar

Chile presenta datos parciales en relación a la dimensión de equidad por ingresos en el acceso escolar a la educación secundaria: apenas 11 observaciones distribuidas en todo el período. Considerando esta apreciación fragmentaria, la tendencia parece orientarse hacia una reducción de la brecha entre quintiles de ingreso, partiendo de una diferencia de 15,9% en 1998 hasta un valor mínimo de 4.4% en 2020. Esta reducción de la brecha parece ser persistente desde 2006 en adelante, aunque la falta de más datos impide una apreciación segura. Chile muestra un acceso del quintil 1 relativamente elevado (84.9%) en términos regionales (73.7% en promedio).

Con todo, Chile es uno de los países más desiguales de Latinoamérica, y su sistema educativo es aún más desigual. La razón de este hecho es que se trata de uno de los sistemas educativos más privatizados de la región, lo cual favorece que la segmentación por nivel de ingresos. La extrema privatización y mercantilización de la educación en Chile es un factor de segregación y una fuente de desigualdades en las trayectorias laborales. La acción del Estado, en lugar de corregir esta inequidad, la refuerza a través de la asignación privilegiada de recursos públicos hacia la educación privada (OCDE, 2020). De este modo, se convierte en uno de los sistemas educativos más segregados del continente.

Respecto a la equidad por ingresos en la EPJA, Chile muestra una brecha de 25.3% puntos entre quintiles en 2020, casi seis veces la brecha de personas en edad escolar del mismo país y por debajo del promedio regional. El 69.4% de las personas de 19 a 24 años del quintil más rico asistían a instituciones educativas –valor por encima de la media regional-, mientras que solo el 44.1% de las personas del quintil más pobre lo hacían –por encima de la media regional.

Por otra parte, Chile mejoró su situación respecto a la equidad de género en el acceso escolar en los últimos 20 años, partiendo de una situación de inequidad de género en los primeros años de la década del 2000 a un indicador de 97,2 niñas y adolescentes mujeres cada 100 niños en el año 2020. Con todo, la inserción laboral posterior al egreso escolar así como la posibilidad de seguir estudiando una vez superada la edad escolar sigue manteniendo sesgos particularmente contrarios a las mujeres chilenas (OCDE, 2021).

El acceso a la educación debe ser igual para todas las personas, independientemente de su clase social o nivel de ingresos. La dimensión Equidad en el Acceso Escolar mide, a cada año, los niveles de desigualdad en la asistencia escolar de las y los estudiantes a partir de tres indicadores.

El primer indicador mide la Desigualdad de Asistencia Escolar entre quintiles, es decir, entre niños, niñas, asdolescentes y jóvenes de 13 a 19 años de la quinta parte más rica (quintil 5) y la quinta parte con menos ingresos (quintil 1) de la población en cada país. La información de asistencia escolar por rango de edad, zona y quintiles de ingreso se obtuvo de la base de datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Para este indicador, se consideró al total de la población, y no sólo a la población urbana, pues si lo que se está queriendo medir es inequidad, no considerar a la población rural (que, en general, se encuentra en una situación más vulnerable que la población urbana) sería subestimar el problema. Como dato de referencia se asume una brecha cero, es decir, se espera que no haya diferencia entre las tasas de asistencia escolar entre estudiantes con distintos niveles de ingreso.

En el año 2022 se incoporaron por primera vez al sistema de monitoreo de CLADE dos nuevos indicadores: Desigualdad en asistencia escolar de personas jóvenes y adultas y Desigualdad de género en asistencia escolar. El primer indicador compara la asistencia escolar del quintil más rico (quintil 5) en relación al quintil más pobre (quintil 1), teniendo en cuenta a las personas jóvenes y adultas de 19 a 24 años. La base de datos utilizada para calcular el indicador es la misma de la CEPAL que se ha mencionado y el dato de referencia también es una brecha cero. Finalmente el indicador de equidad de género mide a la cantidad de mujeres por cada 100 varones entre 13 y 19 años que se encontraba asistiendo a clases en algún establecimiento de enseñanza formal. Según los estándares internacionales se considera que la asistencia escolar es equitativa en términos de género cuando la cantidad de niñas y adolescentes mujeres por cada 100 niños y adolescentes varones está entre 97 y 103 (UNICEF, 2020).

ALC: Desigualdad en asistencia escolar entre quintiles

Desigualdad en asistencia escolar entre quintiles (por país)

La primera columna (quintil 5) se refiere a la quinta parte más rica de la población analizada, y la segunda (quintil 1) corresponde al 20% con menos ingresos de la población analizada.

Fuente: CEPAL. Fecha de consulta: 15 de marzo de 2022 para el período 2000-2020, y 9 de julio de 2018 para los años 1998 y 1999.

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ALC: Desigualdad en asistencia escolar de personas jóvenes y adultas entre quintiles

Desigualdad en asistencia escolar de personas jóvenes y adultas entre quintiles (por país)

Porcentaje de población entre 19 y 24 años que asiste a la escuela, según quintil de ingresos (quintil 5 más rico, y quintil 1 más pobre).

Fuente: CEPAL. Fecha de consulta: 4 de septiembre de 2022.

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ALC: Desigualdad de género en el acceso escolar

Desigualdad de género en la asistencia escolar (por país)

Se refiere a la cantidad de mujeres por cada 100 varones entre 13 y 19 años que se encontraba asistiendo a clases en algún establecimiento de enseñanza formal. Fuente: Construcción propia en base a CEPAL. Fecha de consulta: 18 de marzo de 2022.

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