En Ecuador, con los pocos datos disponibles, se observó que del 1998 al 2000, el gasto en educación bajó de 2,20% al 1,15% del PIB. El país no presenta datos para este indicador desde el 2001 hasta el 2009, cuando la inversión en educación llegó al 4,34% del PIB. En el 2014, el país alcanzó una inversión en educación del 5,26% del PIB, valor todavía inferior al 6% del PIB, valor mínimo de referencia acordado por los Estados de América Latina y el Caribe para este indicador. En el 2015, último año para el cual hay información de Ecuador respecto a este indicador, el país logró alcanzar el 5% del PIB. Cuando se relaciona el gasto público en educación con el presupuesto total del gobierno nacional, se verifica una tendencia parecida a la que se presenta en la comparación del gasto en educación con el PIB, con una fuerte disminución entre los años 1998 y 2000, cuando el gasto público en educación disminuye de un 10,86% al 4,96% del gasto público total [sigue leyendo].

Dimensión de esfuerzo financiero público

Para medir el esfuerzo financiero en educación, se toma el gasto público en educación en proporción al Producto Interno Bruto (PIB) y al presupuesto total de cada país.

La relación con respecto al PIB estima la prioridad macroeconómica que tiene el Derecho Humano a la Educación en cada país, evaluando qué proporción de los recursos disponibles se está destinando a financiarlo frente a otros compromisos sociales. El valor de referencia es un mínimo del 6% del PIB en los países de América Latina y el Caribe, establecido en el Marco de Acción para la Educación 2030 y acordado por los Estados de la región en la Reunión Regional de Ministras/os de Educación de América Latina y el Caribe en Lima, Perú (2014). Este compromiso consta en la Carta de Lima, declaración final del evento.

La proporción del gasto educativo dentro del presupuesto público total mide su prioridad política, al comparar los recursos destinados a garantizar el derecho a la educación con el total de recursos empleados para cumplir todas las obligaciones del Estado. Respecto a este indicador, los Estados de la región acordaron, en dicha Reunión Ministerial de Lima, el compromiso en invertir el 20% del presupuesto público total en educación, valor este que tomamos como referencia.

Gasto público en educación como % del PIB

  • Gasto público en educación

  • /

  • PIB

Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO (UIS).

Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Cálculo cruzado entre Estadísticas sobre Educación e Indicadores de Desarrollo Mundial – Banco Mundial.

Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Banco Mundial – Indicadores de Desarrollo Mundial.

Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.

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Panorama Regional

Gasto público en educación como % del Gasto Total

  • Gasto público en educación

  • /

  • Gasto público total

Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO (UIS).

Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Cálculo cruzado entre Estadísticas sobre Educación e Indicadores de Desarrollo Mundial – Banco Mundial.

Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.

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Fuente: Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.

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Panorama Regional

Dimensión de disponibilidad de recursos

En esta dimensión se miden los recursos que los gobiernos tienen disponibles anualmente, para garantizar el derecho humano a la educación a cada niño, niña o adolescente en edad escolar. Se estima con respecto a toda la población en edad escolar, de manera que se incluyen no solo aquellos/as que están matriculados/as en el sistema público, sino también los/as que están estudiando en escuelas privadas o se encuentran fuera del sistema, considerándose la pre-primaria, primaria y secundaria.

El valor considerado como el mínimo ideal para este indicador en América Latina y Caribe es de US$7.033,60, tomado como el promedio de este indicador para la mitad de los países de menores ingresos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el año 2010, considerándose la medición en dólares PPP constantes de 2011.

Los 17 países de menores ingresos de la OCDE en el año 2010 son: Francia, Italia, Nueva Zelandia, España, República de Corea, Israel, Grecia, Eslovenia, Portugal, República Eslovaca, República Checa, Hungría, Estonia, Polonia, Chile. México y Turquía.

Disponibilidad de recursos por persona en edad escolar

  • Gasto público anual en pre-primaria, primaria y secundaria

  • /

  • Población en edad escolar (pre-primaria, primaria y secundaria)

Datos en dólares PPP a precios constantes de 2011. Fuente: Cálculo cruzado entre el Gasto en Educación calculado a partir del PIB (Banco Mundial – Indicadores de Desarrollo Mundial) y la población en edad escolar, según datos del Instituto de Estadísticas de UNESCO.

Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.

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Datos en millones de dólares PPP a precios constantes de 2011. Fuente: Cálculos propios a partir de Instituto de Estadísticas de UNESCO y Gasto Público en Educación calculado a partir de PIB (Banco Mundial – Indicadores de Desarrollo Mundial). Incluye el gasto no localizado por nivel educativo.

Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.

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Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO.

Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.

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Panorama Regional

Dimensión de equidad en el acceso escolar

El acceso a la educación debe ser igual para todas las personas, independientemente de su clase social o nivel de ingresos. Por eso, esta dimensión mensura a cada año los niveles de desigualdad en la asistencia escolar de los/las estudiantes. En esta comparación se tienen en cuenta los datos de jóvenes de 13 a 19 años de la quinta parte más rica y la quinta parte con menos ingresos de la población que vive en las zonas urbanas de cada país.

Como dato de referencia se asume una brecha cero, es decir, se espera que no haya diferencia entre las tasas de asistencia escolar de estudiantes con distintos niveles de ingreso.

Brecha de desigualdad en asistencia escolar

La primera columna (quintil 5) se refiere a la quinta parte más rica de la población analizada, y la segunda (quintil 1) corresponde al 20% con menos ingresos de la población analizada.

Fuente: CEPAL. Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.

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Panorama Regional

Comentarios generales

Por Contrato Social por la Educación

El Ecuador hasta el 2017 no ha alcanzado los niveles de inversión educativa que tuvo en 1981, durante el gobierno democrático presidido por Jaime Roldós Aguillera. La inversión en aquel año llegó a 5,4% del PIB. Los ajustes de corte neoliberal redujeron sistemáticamente la inversión social, particularmente en educación durante los años 80 y 90 del siglo pasado. El punto más bajo de la inversión educativa fue en el 2000, llegando a un 1,15% del PIB. Tal reducción fue resultado de la crisis económica más severa que tuvo el Ecuador desde 1920.

Desde el 2001, hubo una sistemática recuperación del presupuesto educativo hasta llegar al 4.34% en el 2009. Desde entonces y hasta el 2016, este valor fluctuó entre el 4,34% y el 5.25% del PIB. El Estado ecuatoriano, en el periodo 2007-2014, recibió altos ingresos por el precio del petróleo, por lo que su PIB se elevó sustancialmente. Debido a esto, el monto concreto de la inversión educativa se duplicó, aunque el porcentaje en relación al PIB se mantuvo. De todas maneras, el Estado ecuatoriano no cumplió el mandato del Referendo realizado en el 2006, que dispuso que hasta el 2012 se debía llegar a una inversión educativa del 6% del PIB.

Además, conviene resaltar que el presupuesto en educación aumentó desde el 2007 en una proporción similar al gasto militar y de seguridad. En el 2011, el gasto en educación fue de US$ 3.567.985, mientras que el gasto militar y en seguridad fue de US$ 3.349.0641 (Datos del estudio: Daniel Badillo. «Estado de la Inversión en educación en el Ecuador 2006-2012». Cuadernos del Contrato Social, Quito, 2012, p. 166).

Siendo la inversión educativa un hecho relevante en el periodo 2007- 2017, década del gobierno de la denominada revolución ciudadana, los sectores ciudadanos, maestras/os y otros actores sociales y educativos, entre los que se cuenta el Contrato Social por la Educación, demandaron una evaluación y fiscalización de la inversión, bajo el criterio de calidad del gasto y considerando el concepto de calidad educativa basada en la perspectiva de la educación como un derecho humano.

Asimismo, el mayor logro de la política educativa en los últimos lustros fue el aumento de la matrícula en educación básica, llegando al 97%. El aumento en bachillerato fue también importante: 10 puntos, hasta llegar al 67%. Las y los indígenas, mujeres y población rural expandieron su acceso a la escuela y al colegio.

No obstante, el abandono escolar se mantuvo. En el periodo 2007-2016, cerca del 40% de adolescentes no llegaron a graduarse en el bachillerato. De la misma manera, la mayor matrícula redundó en la masificación en los establecimientos educativos: más estudiantes por cada aula. Resultado: mayor presión para las y los docentes, incremento de la violencia entre estudiantes y reducción de la calidad educativa.

La aplicación de un modelo meritocrático y excluyente en educación basado en pruebas estandarizadas (como la prueba ENES), repercutió en la disminución del acceso a las universidades, particularmente de estudiantes de los sectores con menores ingresos de la población, entre los que se cuenta a los de zonas rurales, afro ecuatorianos e indígenas. Al 2014, casi medio millón de jóvenes entre 18 y 24 años no estudiaba ni trabajaba en el Ecuador. Todo esto ocurrió en un ambiente de restricción de las condiciones democráticas en todo el sistema educativo, ya que se incrementó la criminalización de la protesta estudiantil.

Desde el 2015, la reducción de los precios del petróleo aceleró una crisis económica. Desde el 2017, se presenta una crisis integral: económica, social, política y moral. En tal situación se teme un estancamiento y retroceso de la inversión educativa. El Contrato Social por la Educación planteó al gobierno de Ecuador un acuerdo nacional para mantener y sostener la inversión educativa, a pesar de la crisis.