Nicaragua muestra una tendencia general de falta de datos, al secreto y el nulo acceso a la información pública, que impacta específicamente en el sistema educativo. Esto afecta cualquier análisis y formulación de propuestas para mejorar la educación nacional. Nicaragua es uno de los 8 países de la región que informó en GRALE qué porcentaje de su gasto educativo estuvo dedicado a educación a personas jóvenes y adultas. Invirtió el 1.4% de su gasto educativo, según GRALE V (2022). Resulta de la mayor relevancia contar con estos datos de forma completa y por fuentes oficiales para futuras actualizaciones. Si bien Nicaragua presenta datos deficientes para poder realizar un análisis certero de tendencias, muestra datos al inicio del período (entre 1998 y 2003 solo falta un año) y al final (de 2014 a 2019). En la década entre ambos momentos, solo está el dato de 2010. Al respecto, lo que se puede observar es un aumento de la inversión en educación como proporción del PIB que va de 2.23% en 1998 a 3% en 2000, seguido de una reducción en 2002-2003, que promediaron 2.41%. El siguiente dato es el de 2010, cuando el indicador alcanza su valor máximo de 4.48% del PIB, estando aún por debajo de la meta del 6% establecida como parámetro de referencia. En 2014, siguiente año con datos disponibles, el indicador mostró una reducción a 4.08% del PIB, que se mantiene constante hasta 2017, cuando tiene un leve incremento –a 4.34%, cercano a su valor máximo. De allí en adelante, el esfuerzo de financiamiento público se retrae hasta 3.44% en 2019. Vale señalar que 2018 y 2019 son años recesivos en términos económicos para Nicaragua, en los que el gasto público en educación muestra una reducción más intensa que el PIB. Respecto del indicador que relaciona la parte destinada a educación del gasto público total, los datos disponibles son similares a los del indicador previo, describiendo una trayectoria semejante, aunque más acorde a las metas establecidas. Concretamente, se observa un crecimiento en el esfuerzo destinado a la educación, que va desde el 13.38% en 1998 al 15.69% en 2002, descendiendo levemente en 2003 a 14.89%. El siguiente año con datos disponibles muestra un alza significativa, que llega a 26.41% del gasto público, el valor máximo de la serie, que supera con creces la meta del 20%. Los datos disponibles más recientes cubren el período 2014-2017, con un comportamiento en forma de U, siempre por encima de la meta del 20%. Se pasa de 23.05% en 2014 a 21.33% en 2016, y luego una recuperación a 22.43% en 2017. Nicaragua ofrece muy escasos datos en relación a la disponibilidad de recursos por persona en edad escolar. Solo hay datos para 2005, 2006 y 2010. En esos años, la inversión por persona en edad escolar creció, de 196.48 dólares por persona en edad escolar a 390.93 dólares. Resulta imposible definir de esto una trayectoria o un análisis, que además impide cualquier evaluación sobre la última década. Se puede afirmar, sin embargo, que los valores se encuentran muy por debajo de la referencia de la OCDE como parámetro (menos del 5% de lo que se destina en esos países en promedio). A pesar de que Nicaragua presentó datos sobre inversión en educación de personas jóvenes y adultas en GRALE, la falta de otros datos impide calcular la disponibilidad de recursos por persona. Resulta de la mayor relevancia contar con estos datos de forma completa y por fuentes oficiales para futuras actualizaciones. Nicaragua presenta pocos datos en relación a la equidad por ingresos en el acceso escolar en la secundaria. Los cuatro datos disponibles son insuficientes para trazar un análisis de conjunto o una evaluación sobre los años recientes. En 2001 la brecha era de 24.8%, teniendo el quintil 1 (más pobre) un acceso muy bajo, del orden del 47.3%. El quintil 5 (más rico), por su parte, mostraba un acceso del 72.1% ese año. Estos valores de referencia están relativamente estables en 2005 y 2009, los siguientes dos años con datos disponibles. En 2014, el siguiente año con datos, la brecha se redujo a 14.8%, habiéndose incrementado el acceso de ambos quintiles. El caso del quintil más pobre llegó hasta el 63.7% mientras que el más rico alcanza el 78.5%. Nicaragua no ofrece datos suficientes para realizar un análisis sobre la equidad en el acceso escolar por nivel de ingresos para la EPJA. Respecto a la equidad de género, también sólo hay cuatro datos disponibles, con los cuales se puede concluir que Nicaragua es el país que peor desempeño ha tenido en esta dimensión. No sólo disminuyó 17,4% el indicador de equidad de género, sino que también para el año 2014 (último dato disponible) la cantidad de niñas cada 100 niños era 92,8, por debajo del estándar considerado como mínimo a nivel internacional.

Dimensión de esfuerzo financiero público

Gasto público en educación como % del PIB

  • Gasto público en educación

  • /

  • PIB

Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO (UIS).

Fecha de consulta: 3 de marzo de 2022.

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Cálculo cruzado entre Estadísticas sobre Educación e Indicadores de Desarrollo Mundial – Banco Mundial.

Fecha de consulta: 3 de marzo de 2022.

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Banco Mundial – Indicadores de Desarrollo Mundial.

Fecha de consulta: 3 de marzo de 2022.

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Panorama Regional

Gasto público en educación como % del Gasto Total

  • Gasto público en educación

  • /

  • Gasto público total

Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO (UIS).

Fecha de consulta: 4 de marzo de 2022.

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Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Cálculo cruzado entre Estadísticas sobre Educación e Indicadores de Desarrollo Mundial – Banco Mundial.

Fecha de consulta: 3 de marzo de 2022.

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Fuente: Cálculo propio en función de las variables «Gasto público en educación como % del Gasto Total» y «Gasto público en educación».

Fecha de consulta: 4 de marzo de 2022.

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Panorama Regional

Gasto público en educación destinado a EPJA (% sobre el gasto total en educación)

Dimensión de esfuerzo financiero público

Los datos del Sistema de Monitoreo apuntan a desafíos para la región en lo que toca a la dimensión de “esfuerzo financiero público”, considerando la proporción de recursos económicos nacionales que los Estados latinoamericanos y caribeños asignan a los sistemas educativos. No se distingue aquí qué parte de estos recursos son volcados a entidades privadas y cuál al sistema público: solo se trata de la cantidad de recursos que los Estados destinan a financiar la educación. Los datos disponibles del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y del Instituto de Estadísticas de la UNESCO (UIS/UNESCO) permiten reconstruir con diverso alcance la situación de los 20 países de la región (Ver gráfico 1), tratándose de la variable con mayor cantidad de datos recientes. De este total, 14 presentan datos hasta 2019, y solo cinco hasta 2020, primer año de la pandemia. Considerando los valores del indicador de gasto en educación respecto del PIB, sólo dos países superaron el valor indicativo del 6% en estos dos últimos años (2019 y 2020): Costa Rica (6.75%) y Cuba (10.41%). En este sentido, el esfuerzo financiero público acordado por los Estados de América Latina y Caribe con la firma de la Agenda de Educación 2030 está lejos de cumplirse en la región.

En relación al valor y la trayectoria del indicador, vale señalar que los dos países que superan la meta acordada tienen un compromiso sostenido en el tiempo. Costa Rica supera sistemáticamente el valor de referencia desde 2009, con un valor máximo en 2017 (7.35%). Por su parte, Cuba supera la meta todos los años de la serie, con un valor máximo en 2008 (14.06%). Brasil, por su parte, no presenta datos en 2019 ni 2020. El último dato disponible para este país es de 2018, cuando alcanzó el 6.09% del PIB, superando la meta como ocurre desde 2015.

Aunque aún no alcanzan el valor comprometido, Chile, Perú y República Dominicana (además de los países listados en la tabla 1) tienen trayectorias ascendentes en su esfuerzo de financiamiento educativo en los últimos años. En el último dato disponible, Chile destinó a educación el 5.43% de su PIB, mientras que Perú (4.25%) y República Dominicana (4.04%) estuvieron más lejos. En un sentido opuesto se encuentran aquellos países cuyo esfuerzo de financiamiento educativo cayó en los últimos años como proporción del PIB. Es el caso de El Salvador, cuyo indicador cae desde 2009; Ecuador y México, que muestran caídas desde 2014; Argentina, que cae desde 2015; y Nicaragua, que cae desde 2017.

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Gasto en Educación como % del PIB

Gasto público en educación como % del Gasto Total

Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO (UIS).

Fecha de consulta: 4 de marzo de 2022.

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Dimensión de disponibilidad de recursos

Disponibilidad de recursos por persona en edad escolar

  • Gasto público anual en pre-primaria, primaria y secundaria

  • /

  • Población en edad escolar (pre-primaria, primaria y secundaria)

Datos en dólares PPP a precios constantes de 2017. Fuente: Cálculo propio en función de los datos de «Gasto público anual en pre-primaria, primaria y secundaria» y «Población en edad escolar (pre-primaria, primaria y secundaria)».

Fecha de consulta: 10 de marzo de 2022.

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Datos en millones de dólares PPP a precios constantes de 2017. Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO.

Fecha de consulta: 10 de marzo de 2022.

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Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO.

Fecha de consulta: 10 de marzo de 2022.

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Panorama Regional

Gasto público en EPJA por persona adulta en el sistema educativo formal

  • Gasto total en EPJA en U$S

  • Población joven y adulta que asiste a la educación formal

Dimensión de disponibilidad de recursos

Esta dimensión permite analizar los recursos que los gobiernos tienen disponibles cada año para garantizar el derecho humano a la educación de niños, niñas y adolescentes en edad escolar. Al considerar a todas las personas en edad escolar, no se distingue entre aquellas que están estudiando en el sistema público de las que lo están en el privado. Asimismo, como se ha mencionado, se incluyen a todas las personas que tienen edad para frecuentar el primer año de preescolar, educación primaria o educación secundaria (incluidas las que están fuera de la escuela), de manera que sea posible identificar los recursos disponibles en cada Estado para cada sujeto de derecho.

Como valor de referencia, se utiliza una aproximación que surge de tomar el valor promedio de la inversión por persona en edad escolar en 2018 de la mitad de los países con menos ingresos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El valor, indicado en dólares a precios constantes en paridad de poder adquisitivo de 2017, es de 7 469.6 dólares.  Esto representa un aumento de la inversión por persona en estos países, puesto que en 2016 destinaban 6 899.4 dólares. De hecho, en la última década se registra un aumento sostenido de los fondos destinados a la educación por persona en estos países. Como queda claro, la vara de comparación no es estática, sino que evoluciona en el tiempo y obliga a los países de ALC a comprometerse de manera dinámica con el financiamiento del derecho humano a la educación.

Lamentablemente, la falta de datos suficientes es más bien una norma en esa dimensión. No hay ningún dato disponible de Cuba, Haití o Venezuela; Honduras y Nicaragua solo tienen dos datos anuales; Paraguay tiene la mitad de los datos. Además, Brasil no provee información suficiente desde 2011, México y Panamá no lo hacen desde 2012, y Bolivia desde 2014. Como se ve, la ausencia de datos claros y completos es una generalidad preocupante, que expresa también la falta de cumplimiento de los compromisos adquiridos por los Estados en relación al financiamiento de la educación.

Considerando los datos disponibles desde el inicio de la serie (en 1998), los países de ALC muestran una tendencia lineal creciente en la asignación de recursos disponibles por persona en edad escolar, aunque casi todos ellos están muy distantes de los valores de referencia de la OCDE. Mientras que en el trienio 1998-2000 el conjunto de los países de la región asignaba en promedio 1 180 dólares por persona en edad escolar, para 2019-2021 esta cifra alcanzó los 2 500 dólares. Es decir, se ha más que duplicado el monto en poco más de dos décadas.

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Recursos por persona en edad escolar

Dimensión de equidad en el acceso escolar

Brecha de desigualdad en asistencia escolar

La primera columna (quintil 5) se refiere a la quinta parte más rica de la población analizada, y la segunda (quintil 1) corresponde al 20% con menos ingresos de la población analizada.

Fuente: CEPAL. Fecha de consulta: 15 de marzo de 2022.

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Panorama Regional

Índice de desigualdad de género en el acceso escolar

Se refiere a la cantidad de mujeres por cada 100 varones entre 13 y 19 años que se encontraba asistiendo a clases en algún establecimiento de enseñanza formal. Fuente: Construcción propia en base a CEPAL. Fecha de consulta: 18 de marzo de 2022.

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Panorama Regional

Brecha de desigualdad en asistencia escolar de personas jóvenes y adultas

Porcentaje de población entre 19 y 24 años que asiste a la escuela, según quintil de ingresos (quintil 5 más rico, y quintil 1 más pobre).

Fuente: CEPAL. Fecha de consulta: 4 de septiembre de 2022.

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Panorama regional

Dimensión de equidad en el acceso escolar

Como es sabido, ALC es una de las regiones más desiguales del mundo. Según el último Reporte Mundial de Desigualdad 2021, se trata de la región más desigual en el reparto de la riqueza (stocks acumulados de bienes), y la tercera en relación a los ingresos (flujos de fondos disponibles). Según ese mismo informe, en ALC, el 10% más rico captura el 77% de la riqueza total de los hogares, el 40% de la población que le sigue tiene el 22% de esa riqueza, mientras que la mitad más pobre de la población apenas se reparte el 1% del total. En materia de ingresos, el 10% más rico se lleva el 55% del ingreso.

Idealmente, no deberían existir diferencias de ningún tipo para la asistencia escolar entre franjas de la población con distintos niveles de ingreso. Sin embargo, no es lo que se detecta con los datos disponibles. Para analizar esta dimensión de equidad, el Sistema de Monitoreo utiliza datos de la CEPAL, que revelan que hay diferencias significativas entre las tasas de asistencia escolar del quintil 5 con ingresos más altos (el 20% de la población con mayores ingresos) y del quintil 1 con ingresos más bajos (el 20% de la población, con menores ingresos). Se toma como base de comparación la población total en la franja de 13 a 19 años de edad, que corresponde a la educación secundaria porque esta es la etapa educativa con las mayores desigualdades en el acceso educativo de la región. En el caso argentino se tomó solamente la población urbana, por no disponer de datos sobre zonas rurales.

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Brecha de asistencia escolar

Desigualdad de género en el acceso escolar

Desigualdad en asistencia escolar de personas jóvenes y adultas

Comentarios generales

Por Foro de Educación y Desarrollo Humano de la Iniciativa por Nicaragua (FEDH-IPN)

En los últimos diez años, las estadísticas sobre indicadores educativos se encuentran ocultas al público en general y a la sociedad civil en particular. Diferentes estudios nacionales e internacionales realizados para analizar la situación educativa y sus indicadores en Nicaragua dan cuenta de que el país se encuentra a la saga de los otros países de la región, solo superando a Haití.

El V Informe sobre el Estado de la Región en Desarrollo Sostenible 2016 evidenció una serie de realidades que le plantea al país más desafíos que logros en el tema educativo. Si bien se reconocen avances importantes, el nivel de rezago histórico del país en la educación siempre lo coloca muy distante de las metas planteadas para la educación en la Agenda de Desarrollo 2030.

Nicaragua, en términos macroeconómicos, ha recibido de parte del Banco Mundial comentarios positivos por el crecimiento económico y el cumplimiento de los planes económicos, pero este crecimiento no se corresponde con el nivel de inversión que recibe la educación del país. Hay una fragilidad institucional que no permite advertir cuáles son las políticas educativas por las que transita el país, cuáles son las metas y planes para alcanzar el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 (ODS 4), referido a la educación, y tampoco existe capacidad institucional para ejecutar las partidas presupuestarias asignadas al Ministerio de Educación, lo que resulta en un superávit anual en la ejecución financiera.