Dimensión de esfuerzo financiero público
Perú muestra datos completos en todo el período analizado para evaluar el esfuerzo financiero público para sostener la educación. En tal sentido, la serie muestra un comportamiento en forma de W, aunque poco pronunciada. Entre 1999 y 2007 el gasto público en educación como proporción del PIB cayó desde 3.44% a 2.63%. De allí, muestra un crecimiento durante dos años, alcanzando el 3.14% en 2009, para volver a caer los dos años siguientes, hasta los 2.66% de 2011. Desde ese momento, la proporción del PIB destinada a educación ha crecido, llegando al 4.25% en 2020. Vale enfatizar que esto ocurrió incluso durante fases donde el PIB peruano se contrajo, como los años 2014 a 2016 y en 2020. Esto habla de cierta protección a este componente del gasto en coyunturas recesivas. Con todo, se trata de un valor que está aún lejos del 6% establecido como meta.
En relación a la inversión en educación como parte del gasto público total, la serie también está completa desde 2000, año que mostró un valor de 15.25%. Si bien algunos años el indicador aumentó (2004, 2008 y 2009), en términos generales, se observa una tendencia negativa hasta 2011, cuando llegó al valor mínimo de 13.55%. De allí, se presenta una tendencia creciente hasta 2017, año en que llegó a 18.24% del gasto público total. Es el año que más se acercó a la meta del 20% establecida en este indicador.
Cabe señalar que el aumento del gasto destinado a educación en el 2020 se debió a la emergencia educativa provocada por la pandemia de COVID-19, pues no se inscriben en una tendencia clara de las series. De hecho, en 2020 aumenta su peso por una contracción del PIB. Será del mayor interés conocer la inversión en el 2021 para saber si la educación mantendrá o elevará su participación, acercándose a las metas establecidas, o por el contrario, se volverá a reducir.
Perú es uno de los 8 países de la región que informó en GRALE qué porcentaje de su gasto educativo estuvo dedicado a educación de personas jóvenes y adultas. Invirtió el 0.16% de su gasto educativo, según GRALE V (2022). Es el país que informó menor inversión en esta materia. Resulta de la mayor relevancia contar con estos datos de forma completa y por fuentes oficiales para futuras actualizaciones.
El Esfuerzo Financiero Público en educación se mide a través de dos indicadores: a) comparación del gasto público en educación con el Producto Interno Bruto (PIB) de cada país; y b) comparación del gasto público en educación con el presupuesto total de cada país.
El primer indicador (gasto público en educación/PIB) estima la prioridad macroeconómica que tiene el Derecho Humano a la Educación en cada país, evaluando qué proporción de los recursos disponibles se está destinando a financiarlo frente a otros compromisos sociales. El valor de referencia adoptado es el 6% del PIB, establecido en el Marco de Acción para la Educación 2030 y ratificado por los Estados de América Latina y el Caribe en la Reunión Regional de Ministras/os de Educación de la región (Carta de Lima, 2014).
El segundo indicador (gasto público en educación/presupuesto público total) mide la prioridad política dada a la educación, al comparar los recursos destinados a garantizar ese derecho con el total de recursos empleados para cumplir todas las obligaciones del Estado. Respecto a este indicador, los Estados de la región acordaron, en dicha Reunión Ministerial de Lima, el compromiso en invertir en educación el 20% del presupuesto público total, valor que se toma como referencia.
En la última actualización de este Sistema de Monitoreo (2022), los datos de esos dos indicadores se obtuvieron de la base de datos del Instituto de Estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UIS/UNESCO). En el caso de Cuba, el dato de gasto público total se tomó de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de la República de Cuba (ONEI).
En 2022, por primera vez, se ha incluido en esta dimensión una variable asociada a la Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA). El instrumento que se utiliza para este indicador es la pregunta sobre porcentaje del gasto público en educación que se destina a la EPJA (gasto público en EPJA/gasto público total en educación), disponible en el Informe Mundial sobre el Aprendizaje y la Educación de Adultos V (GRALE V, según sus siglas en inglés), publicado en el 2022. En este caso no se adoptan valores de referencia, ya que no hay acuerdos internacionales sobre el tema. Asimismo, no todos los Estados disponibilizan dicha información en las bases de datos internacionales.
Panorama Regional
Gasto público en educación como % del PIB
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Gasto público en educación
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PIB
Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO (UIS).
Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.
Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Cálculo cruzado entre Estadísticas sobre Educación e Indicadores de Desarrollo Mundial – Banco Mundial.
Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.
Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Banco Mundial – Indicadores de Desarrollo Mundial.
Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.
Panorama Regional
Gasto público en educación como % del Gasto Total
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Gasto público en educación
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Gasto público total
Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO (UIS).
Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.
Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Cálculo cruzado entre Estadísticas sobre Educación e Indicadores de Desarrollo Mundial – Banco Mundial.
Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.
Fuente: Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.
ALC: gasto público en EPJA como % del gasto total en educación
Gasto público en EPJA como % del gasto total en educación (por país)
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Gasto público total en EPJA (por país)
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Gasto público en educación
Fuente: Grale V (2022).
Fuente: Grale V (2022).
Datos en millones de dólares a precios corrientes. Fuente: Cálculo cruzado entre Estadísticas sobre Educación e Indicadores de Desarrollo Mundial – Banco Mundial.
Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.
Dimensión de disponibilidad de recursos
Perú ofrece datos completos sobre la disponibilidad de recursos por persona en edad escolar desde 1998 a 2019. Esta serie permite reconstruir una tendencia a lo largo del tiempo. En este sentido, se observa un crecimiento paulatino entre puntas, siendo el valor de 2019 (1,802.03 dólares por persona en edad escolar) más que el triple del valor en 1998 (517 dólares). A pesar de este considerable aumento, se trata de un valor bajo, que apenas alcanza a un cuarto de la cifra de referencia de los países menos ricos de la OCDE.
Al interior de esta tendencia creciente, se pueden observar fases. Entre 1998 y 2002, la inversión por persona en edad escolar cayó un 10%. Desde ese año, inicia un crecimiento sostenido hasta 2010, que le permite casi duplicar su valor, al alcanzar los 913.61 dólares. En 2011 se produjo una leve retracción y a partir de entonces vuelve a retomar el sendero de crecimiento hasta el final de la serie, nuevamente, casi duplicando su valor en casi una década. A este ritmo, a Perú le tomaría aproximadamente dos décadas más alcanzar los valores de referencia de la OCDE.
Respecto de la disponibilidad de recursos para la educación de personas jóvenes y adultas, Perú es de los únicos 5 países de la región que presentó datos ante GRALE. Concretamente, Perú destinó 46 dólares por persona joven o adulta según lo consignado en GRALE V (2022). Resulta un porcentaje ínfimo de la disponibilidad de recursos por estudiante en edad escolar, lo cual impacta en la equidad en el acceso (que pasa depender de recursos de los hogares u otras fuentes). Resulta de la mayor relevancia contar con estos datos de forma completa y por fuentes oficiales para futuras actualizaciones.
La dimensión de la Disponibilidad de Recursos se centra en observar los recursos públicos disponibles para cada persona en edad escolar. Es una medida per cápita del presupuesto educativo disponible, teniendo en cuenta no solamente a quienes se encuentran en la escuela, sino también a aquellas personas que aún no han sido incorporadas al sistema educativo.
Las informaciones de esta dimensión se presentan en dólares PPP a precios constantes de 2017, y resultan de un cálculo cruzado entre el Gasto en Educación calculado a partir del PIB (Banco Mundial – Indicadores de Desarrollo Mundial) y la distribución porcentual del gasto educativo por los niveles preprimaria, primaria y secundaria, según datos del Instituto de Estadísticas de UNESCO, y dividiéndose posteriormente este valor por la población en edad escolar, según datos también del UIS/UNESCO.
El valor considerado como referencia para este indicador en América Latina y Caribe es de US$ 7,469.63, tomado como el promedio de este indicador para la mitad de los países de menores ingresos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el año 2018 (medición en dólares PPP constantes).
En la actualización de 2022 se incorporó un indicador sobre EPJA a la dimensión de Disponibilidad de Recursos. Para ello, se tomó específicamente el cálculo del Esfuerzo Financiero en EPJA – obtenido en la dimensión Esfuerzo Financiero Público –, valorizada en dólares y dividida entre la población joven y adulta que efectivamente asistió al sistema educativo formal de educación básica. Este indicador puede interpretarse como la inversión del Estado en educación por persona adulta que se educó en el último año en el sistema formal obligatorio. Vale resaltar que, si bien esta aproximación sobreestima la inversión pública por persona – porque contabiliza la inversión en EPJA en todas sus formas y la divide solo por la parte vinculada a la educación formal –, ella ofrece una estimación puntual de utilidad. Tal como ocurrió con la dimensión de esfuerzo financiero, aquí los datos escasean, debido a la baja tasa de respuesta de los países al Informe GRALE.
Panorama Regional
Disponibilidad de recursos por persona en edad escolar
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Gasto público anual en pre-primaria, primaria y secundaria
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Población en edad escolar (pre-primaria, primaria y secundaria)
Datos en dólares PPP a precios constantes de 2011. Fuente: Cálculo cruzado entre el Gasto en Educación calculado a partir del PIB (Banco Mundial – Indicadores de Desarrollo Mundial) y la población en edad escolar, según datos del Instituto de Estadísticas de UNESCO.
Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.
Datos en millones de dólares PPP a precios constantes de 2011. Fuente: Cálculos propios a partir de Instituto de Estadísticas de UNESCO y Gasto Público en Educación calculado a partir de PIB (Banco Mundial – Indicadores de Desarrollo Mundial). Incluye el gasto no localizado por nivel educativo.
Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.
Fuente: Instituto de Estadísticas de UNESCO.
Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.
ALC: Gasto público en EPJA por persona adulta en el sistema educativo formal
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Gasto total en EPJA
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Población joven y adulta que asiste a la educación formal
Dimensión de equidad en el acceso escolar
Perú presenta datos continuos desde 2001 a 2020, componiendo una serie completa que permite el análisis en el tiempo. En este sentido, la evaluación más general del caso indica que el país no ha logrado reducir la brecha de asistencia entre quintiles durante el período analizado, estando alrededor de 5% en el año de inicio y el último con datos disponibles. Es relevante señalar que en 2002 se produjo una ampliación, hasta el 10% de brecha, debido al aumento de la asistencia del quintil más rico. Tras ello, la brecha oscila año a año entre 7-10% hasta 2010. En ese año se produjo una reducción de la diferencia en la asistencia en educación secundaria, que la acercó a los valores iniciales. Entre 2005 y 2019 hay un esfuerzo por elevar la asistencia del quintil más pobre. El quintil más rico muestra cierta estabilidad en torno al 78-80% desde 2012. El año 2017 muestra una reversión de la brecha, a favor del quintil 1 (más pobre). En 2020, a diferencia de la mayoría de los países de ALC, en Perú cayó la asistencia de ambos quintiles y se amplió la brecha.
Respecto a la equidad por ingresos en la EPJA, Perú muestra una brecha de 21.7% puntos entre quintiles en 2020, cuatro veces la brecha de personas en edad escolar del mismo país, aunque un valor bastante menor al promedio regional. El 44.5% de las personas de 19 a 24 años del quintil más rico asistían a instituciones educativas –valor por debajo de la media regional-, mientras que solo el 22.8% de las personas del quintil más pobre lo hacían –levemente por encima de la media regional.
Respecto a la equidad de género en el acceso en la educación secundaria, Perú aumentó un 21,4% el indicador de equidad entre 2000 y 2020, presentando un valor del indicador en ese último año de 108,7 niñas y adolescentes mujeres cada 100 niños. En este caso, podría estar dándose incluso un fenómeno inverso, por el cual se esté viendo afectado negativamente el acceso de niños y hombres, considerando que el valor de referencia considerado equitativo marca un límite de 103.
El acceso a la educación debe ser igual para todas las personas, independientemente de su clase social o nivel de ingresos. La dimensión Equidad en el Acceso Escolar mide, a cada año, los niveles de desigualdad en la asistencia escolar de las y los estudiantes a partir de tres indicadores.
El primer indicador mide la Desigualdad de Asistencia Escolar entre quintiles, es decir, entre niños, niñas, asdolescentes y jóvenes de 13 a 19 años de la quinta parte más rica (quintil 5) y la quinta parte con menos ingresos (quintil 1) de la población en cada país. La información de asistencia escolar por rango de edad, zona y quintiles de ingreso se obtuvo de la base de datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Para este indicador, se consideró al total de la población, y no sólo a la población urbana, pues si lo que se está queriendo medir es inequidad, no considerar a la población rural (que, en general, se encuentra en una situación más vulnerable que la población urbana) sería subestimar el problema. Como dato de referencia se asume una brecha cero, es decir, se espera que no haya diferencia entre las tasas de asistencia escolar entre estudiantes con distintos niveles de ingreso.
En el año 2022 se incoporaron por primera vez al sistema de monitoreo de CLADE dos nuevos indicadores: Desigualdad en asistencia escolar de personas jóvenes y adultas y Desigualdad de género en asistencia escolar. El primer indicador compara la asistencia escolar del quintil más rico (quintil 5) en relación al quintil más pobre (quintil 1), teniendo en cuenta a las personas jóvenes y adultas de 19 a 24 años. La base de datos utilizada para calcular el indicador es la misma de la CEPAL que se ha mencionado y el dato de referencia también es una brecha cero. Finalmente el indicador de equidad de género mide a la cantidad de mujeres por cada 100 varones entre 13 y 19 años que se encontraba asistiendo a clases en algún establecimiento de enseñanza formal. Según los estándares internacionales se considera que la asistencia escolar es equitativa en términos de género cuando la cantidad de niñas y adolescentes mujeres por cada 100 niños y adolescentes varones está entre 97 y 103 (UNICEF, 2020).
Panorama Regional
Brecha de desigualdad en asistencia escolar
La primera columna (quintil 5) se refiere a la quinta parte más rica de la población analizada, y la segunda (quintil 1) corresponde al 20% con menos ingresos de la población analizada.
Fuente: CEPAL. Fecha de consulta: 9 de julio de 2018.
ALC: Desigualdad en asistencia escolar de personas jóvenes y adultas entre quintiles
Desigualdad en asistencia escolar de personas jóvenes y adultas entre quintiles (por país)
Porcentaje de población entre 19 y 24 años que asiste a la escuela, según quintil de ingresos (quintil 5 más rico, y quintil 1 más pobre).
Fuente: CEPAL. Fecha de consulta: 4 de septiembre de 2022.
ALC: Desigualdad de género en el acceso escolar
Desigualdad de género en la asistencia escolar (por país)
Se refiere a la cantidad de mujeres por cada 100 varones entre 13 y 19 años que se encontraba asistiendo a clases en algún establecimiento de enseñanza formal. Fuente: Construcción propia en base a CEPAL. Fecha de consulta: 18 de marzo de 2022.
Comentarios generales
Por la Campaña Peruana por el Derecho a la Educación
Aun cuando el gobierno anterior y el actual se le den prioridad y suban los montos destinados a la Educación, estos no logran pasar el 4% del PIB y el 18% del presupuesto público, pues el punto de partida fue bajo. La educación tuvo un incremento de S/. 1,250 millones el 2018, pero ese aumento no alcanza los estándares exigidos en acuerdos mundiales y regionales.
Una de las dificultades para que se incremente esa inversión puede explicarse por un descenso del crecimiento económico en el país por casi una década. Llegándose a alcanzar un crecimiento de 9.3% en el 2008, desde el 2014, en cambio, ese crecimiento fue de apenas 2.35%, subiendo al 4.0% en el 2018.
Estudios demuestran que hay dos grandes brechas por cerrar en la educación pública en Perú, la de infraestructura y la del desarrollo docente, y las dos demandan una inmensa inversión que es necesario planificar. Solo 3 de 10 colegios estatales cuentan con servicios de luz, agua y desagüe. El 75% de la secundaria pública urbana cuenta con esos servicios básicos, pero solo el 12% de la secundaria rural cuenta con ellos. Se calcula que una mejora sustantiva de la infraestructura educativa demandaría una inversión entre el 11% y 20% del PIB.
A ese diagnóstico obtenido el 2015, se añade el daño o destrucción de miles de escuelas a causa de los desbordes e inundaciones que afectaron extensas áreas de la Costa y Sierra del país a comienzos del 2017. Esto ha obligado a considerar presupuestos específicos para refaccionar o construir nuevos centros educativos en el programa denominado Reconstrucción con Cambio.
Los bajos salarios de los y las docentes (USD 400 mensuales en promedio) los colocan entre los peores pagados de la región, hecho que fue la principal razón de la huelga magisterial que duró casi dos meses en el 2017. El gobierno se ha comprometido a programar alzas para que ese salario se duplique al 2021.
Es necesario que se continúe con la política educativa actual, lo que implica cumplir con los actuales compromisos y mantener un incremento sostenido del presupuesto para la educación, aún si no se produjera el crecimiento esperado. Pero también se requiere una mejor gestión de los gastos en educación, pues el Ministerio de Educación reportaba, hasta agosto de 2017, el 52.8% de avance de ejecución de gasto, comportamiento similar al de años anteriores. Y si bien hay mucha información disponible sobre gasto público en el país, no siempre es posible acceder a la información sobre la distribución del gasto, particularmente en infraestructura.
Contar con más recursos para la educación implica, entre otras medidas, lograr una mayor recaudación fiscal. Esta se ha mantenido casi estable aún en épocas de bonanza; de otro lado, hay más presión por recaudar los impuestos indirectos que los directos, política que debe modificarse. Lo que necesitamos como país es un pacto social por el que esa recaudación aumente para que podamos gastar más en educación y en los otros sectores que necesitan más inversión. Es necesario garantizar montos que nos permitan avanzar gradualmente hacia el pleno ejercicio de todos los derechos humanos universales, en coherencia con el compromiso de implementar la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 asumido por el Estado peruano.